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Para las madres autistas, la lactancia materna es complicada

Estas sensaciones son incómodas y dolorosas para muchas mujeres, pero la percepción intensificada de las madres autistas puede hacer que la lactancia sea “una pesadilla sensorial”, dijo Jane Wilson, profesora asociada de enfermería en la Universidad de Palm Beach Atlantic, que se especializa en salud materna e infantil.

En 2020, la Dra. Wilson se asoció con una colega, Bri Andrassy, ​​para dirigir una pequeña estudiar sobre las experiencias de lactancia materna de madres autistas en todo el mundo. Entrevistaron a 23 mujeres autistas, 14 de las cuales vivían en los EE. UU., y solo hicieron una pregunta: “¿Puede contarnos sobre su experiencia con la lactancia?”

La mayoría de las mujeres respondieron a la pregunta hablando de sentirse “tocadas” durante la lactancia. Estudios han demostrado que las personas autistas experimentan señales corporales, como escalofríos, dolor de estómago o vejiga llena, de manera diferente a las personas que no tienen autismo. Algunas madres en el estudio del Dr. Wilson tendían a tener señales silenciadas y no podían sentir el dolor hasta que sus pezones eran un desastre sangriento. Otros, sin embargo, tenían señales corporales hiperactivas, lo que hacía que el acto de amamantar fuera increíblemente doloroso.

Sam, una mujer de 40 años de Washington, tuvo problemas para producir suficiente leche después de dar a luz a su hija. Su especialista en lactancia le aconsejó que bombeara regularmente. Pero las piezas de bombeo frías y duras y el ruido fuerte y rítmico de la máquina eran demasiado estresantes para soportar.

El impacto de este estrés no fue solo psicológico; afectó la cantidad de leche que Sam podía producir después de 30 minutos de extracción. “A veces lo miraba y solo quería llorar”, dijo Sam, quien pidió ocultar su apellido para proteger su privacidad. “Ni siquiera podrías llenar un vaso de chupito”.

A los cinco meses, los médicos recomendaron alimentar a su bebé con una fórmula hipoalergénica para ayudarla a aumentar de peso. Aunque Sam todavía trataba de amamantar ocasionalmente a su hija, experimentó un intenso dolor por no poder alcanzala objetivos de la lactancia materna.

Para mejorar las experiencias de estas madres con el cuidado de la maternidad, los expertos dijeron que idealmente los profesionales deberían ser capacitados por una persona autista sobre cómo comunicarse y apoyar a los padres autistas. Incluso las consideraciones simples, como nunca tocar los senos de una madre sin pedir permiso o atenuar las luces brillantes en la habitación del hospital, pueden marcar una gran diferencia, dijeron.

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