Vermont se convirtió el martes en el primer estado del país en cambiar su ley de suicidio médicamente asistido para permitir que las personas con enfermedades terminales de fuera del estado puedan aprovecharla para terminar con sus vidas.
El gobernador republicano Phil Scott firmó el proyecto de ley que elimina el requisito de residencia para la ley de décadas de antigüedad.
El año pasado en un acuerdo judicial, Oregón acordó dejar de hacer cumplir el requisito de residencia de su ley que permite que las personas con enfermedades terminales reciban medicamentos letales. También acordó pedir a la Asamblea Legislativa que lo elimine de la ley.
Antes de que Vermont eliminara el requisito de residencia el martes, había llegado a un acuerdo con una mujer de Connecticut que tiene cáncer terminal para permitirle aprovechar su ley, siempre que cumpla con otros aspectos de la misma.
“Estamos agradecidos con los legisladores de Vermont por reconocer que una frontera estatal no debería determinar si mueres en paz o en agonía”, dijo Kim Callinan, presidenta y directora ejecutiva de Compassion & Choices, una organización de defensa sin fines de lucro, en un comunicado. “Los pacientes viajan habitualmente a otros estados para utilizar las mejores opciones de atención médica. No hay una razón racional por la que no deberían poder viajar a otro estado para acceder a la ayuda médica para morir si el estado en el que viven no la ofrece”.
Vermont es uno de los 10 estados que permiten el suicidio médicamente asistido. Los críticos de tales leyes dicen que sin los requisitos de residencia, los estados corren el riesgo de convertirse en destinos turísticos de suicidio asistido.
Rathke informó desde Marshfield, Vt.